Por su solemnidad evocativa e instrumentación exótica, la llamada música “indígena” de Los Andes tiene un importante público mundial. Hay abundantes grupos que cultivan este género con gran virtuosismo en Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Esta atención internacional se desarrolló a través de una curiosa historia desde los años 1950.
La complicada historia de “El cóndor pasa”, hoy grabada en infinidad de versiones, muestra el camino laberíntico por el cual la “música andina” llegó a ser un género reconocido en todo el mundo. Es también una buena metáfora de la paradójica historia de las culturas indígenas latinoamericanas: después de siglos de marginalidad, una buena parte del respeto que han obtenido para su autonomía cultural proviene de la atención académica y comercial moderna e internacional. La paradoja es, pues, que estas culturas con frecuencia primero tienen que hacerse 'modernas' y recibir atención internacional para poder luego defender sus derechos y su modo de vida tradicional en sus propios países de origen.
http://www.youtube.com/watch?v=CtUZzCe6-bk
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